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lunes, 28 de noviembre de 2016

La ética tiene por objeto de estudio la conducta moral de los hombres histórica y socialmente considerada. El término ética se deriva de la palabra griega ethos, que quiere decir lugar habitado por hombres y animales. “La acepción más conocida y difundida del vocablo ethos se presenta a partir de Aristóteles, ligado a un conocimiento llamado precisamente ética. Según esta acepción, ethos significa temperamento, carácter, hábito, modo de ser. De acuerdo con el significado etimológico, ética sería una teoría o un tratado de los hábitos y las costumbres.”

Ahora bien, la ética entendida como ciencia o teoría cuyo objeto de estudio es ala moral, plantea problemas concernientes a la relación que guarda la libertad con la moral, la diferencia que existe entre el aspecto normativo y el fáctico, el carácter histórico de la moral, la diferencia entre las normas morales y las normas jurídicas, entre otros problemas.

Recordemos de manera rápida que la moral (del latín mos=costumbre) como conjunto de reglas adquiridas por hábito no se desligan, en la filosofía de Platón y en Aristóteles, del ámbito social y político. Según Aristóteles la virtud no es algo que se imponga desde el exterior al individuo, sino una disposición a obrar de manera deliberada, la cuál está racionalmente determinada tal como la determinaría el hombre prudente.

Para Aristóteles la virtud, la felicidad y el bien moral en general, sólo se realizan en plenitud si al hombre se le concibe en relación y en armonía con la sociedad. El hombre separado de la sociedad, dice Aristóteles, sería un dios o una bestia.

Emmanuel Kant formula una ética o moral autónoma. Según Kant el deber moral proviene de la voluntad o del hombre mismo. En este sentido, la responsabilidad moral se sitúa en la conciencia del sujeto, quién se da a sí mismo la ley moral que debe cumplir.

El problema del deber ser se refiere a los actos que realiza el individuo con respecto a normas morales o individuales. A lo largo de la historia, el hombre se ha preguntado a sí mismo:

¿Qué debo hacer?

¿Qué no debo hacer?

¿Qué puedo hacer o dejar de hacer?

Y en esa conducta del hombre se juega la libertad, la responsabilidad y la conciencia morales. Por ejemplo, resulta curioso constatar que, en ocasiones, cuando quieres, no debes; y al revés, cuando debes, no siempre quieres. Debes ir a la escuela, pero no quieres, o no siempre quieres, debes estudiar y hacerla tarea, pero no quieres.

Ante estas contradicciones, lo que se debe hacer es elegir. Por otra parte, es importantísima la acción del Hombre, puedes esa ahí, donde uno se construye a sí mismo. ¿Cómo actuar? ¿Soy libre o estoy obligado con algunas acciones? ¿Quién pone las reglas de conducta moral? ¿Son las mejores? ¿Se pueden cambiar?

El problema del deber ser nos lleva a tomar conciencia de nuestra conducta; y donde se actuaba por actuar, ahora se actúa conscientemente, dirigiendo la acción hacia la propia superación.


lunes, 21 de noviembre de 2016

Junto con Saludarles a continuación presentare los distintos tipos de dilemas éticos a los que nos enfrentamos los trabajadores sociales, al momento de tomar un caso en el que si bien están estipulados los pasos que debemos seguir, se enfrenta la ética y la moral y es hay cuando se generan estos dilemas éticos, los cuales hay que aprender a dimensionar y tomar la mejor opción.

 Parte 1 💕

Dilema nº 1: El deber de informar a terceras personas

En este tipo de dilemas quedan comprometidos varios aspectos relevantes para la intervención profesional: el principio de la confidencialidad, el principio de beneficencia y el tipo de relación que se establece entre trabajador social y usuario, en la que se define el tipo de relación comunicacional (dialógica) y el grado de libertad de la información. La información y su titularidad se convierten en un eje cotidiano de conflicto. La titularidad de la información pertenece siempre al usuario, pero hay circunstancias especiales en las que se justifica la ruptura de dicha confidencialidad,como en los casos en los que la información confidencial pueda ser peligrosa para el usuario o para terceras personas. En algunas ocasiones, personas que no están trabajando directamente en la intervención (responsables políticos de ayuntamientos u otros profesionales, etc.) solicitan algún tipo de información relativa a los usuarios. A veces, la demanda de información puede estar justificada, pero en otros casos estas demandas se hacen desde una supuesta posición de «poder» o superioridad de quien demanda la información y hace que las trabajadoras y los trabajadores sociales se sientan presionados para dar o no determinada información sobre programas, ayudas concedidas o sobre los usuarios. Los dilemas surgen cuando opinan que revelar esos datos puede suponer algún tipo de daño para los usuarios.



Dilema nº 2: La autonomía de los usuarios o usuarias

Un ejemplo muy frecuente de este tipo de situaciones dilemáticas es el de las profesionales que han tenido que denunciar un caso de violencia de género aún en contra de la voluntad de la mujer maltratada o en los casos de ingresos involuntarios en unidades psiquiátricas. En estos casos, es fundamental la evaluación del maltrato psicológico, así como de la capacidad o no de las personas para tomar sus propias decisiones.

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Dilema nº 3: La incompetencia de otro trabajador o trabajadora social u otro profesional

 Se trata, en muchos casos, de situaciones de mala práctica laboral en las que el otro profesional no está cumpliendo las obligaciones derivadas de su competencia y la otra trabajadora o trabajador social duda sobre si ha de comunicárselo o no a un superior. Chomsky (1974) ya señalaba que la competencia profesional es un atributo que se articula y se perfecciona en su interacción con el entorno y en la que están muy presentes los valores profesionales, las habilidades laborales, las actitudes, las capacidades, los conocimientos, la representación de tareas y resultados, así como los métodos de intervención.

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Dilema nº 4: La confidencialidad

De un modo genérico, se puede afirmar que las trabajadoras y los trabajadores sociales saben que han de mantener la confidencialidad sobre la información relativa al usuario obtenida en el transcurso de la relación profesional, Algunas dudas aparecen cuando la confidencialidad se concreta en situaciones más complejas, como el tipo de datos que se puede dar o no, las problemáticas en las que hay menores implicados, las situaciones en las que se teme perder la relación de confianza con las usuarias si se revela algún dato que ellas nos han pedido que no fuera revelado, etc.



Dilema nº 5: La duración del tiempo de la intervención

 situaciones en las que han tenido que cerrar un expediente sin estar totalmente seguras de que eso fuera beneficioso para algunas de las personas implicadas en la intervención (menores, por ejemplo). También son especialmente significativos los problemas derivados del menor tiempo que los trabajadores y las trabajadoras sociales pueden dedicar a los usuarios. La mayor carga de trabajo que deben soportar los servicios de atención social debido a la situación de crisis, unida a la creciente burocratización a la que están siendo sometidos muchos de ellos, hacen que ese tiempo sea menor del que el profesional consideraría necesario o deseable




Dilema nº 6: La distribución de recursos disponibles

Cuando los recursos disponibles son escasos, es aún más frecuente encontrarse con dilemas relativos a la distribución de los mismos. Algunas trabajadoras sociales relatan dificultades en los criterios de aplicación de ayudas o en la distribución de recursos en salud mental, para personas discapacitadas, etc.

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martes, 15 de noviembre de 2016

¿Que son los dilemas éticos?



♥ Un dilema ético es una narración breve, a modo de historia, en la que se plantea una situación posible en el ámbito de la realidad pero conflictiva a nivel moral, y se solicita de los oyentes o bien una solución razonada del conflicto, o un análisis de la solución elegida por el sujeto protagonista de la historia. Por regla general la situación se presenta como una elección disyuntiva: el sujeto protagonista se encuentra ante una situación decisiva ante la cual sólo existen dos, y nada más que dos, opciones (A) ó (B), siendo ambas soluciones igualmente factibles y defendibles. El individuo se encuentra, pues, ante una verdadera e inevitable situación conflictiva, en la cual se pueden presentar muchos cuestionamientos antes de una elección.